Existen determinadas expresiones de arte que conviven con nosotros los mortales. Arte es transmitir y crear, arte es sentimiento y arte son manifestaciones del comportamiento humano mediante la expresión de diferentes técnicas de comunicación.
El pasado 11 de noviembre asistí junto con unos amigos al concierto de Delafé y las Flores Azules. Los que me conocen saben que es uno de mis grupos de referencia, fue un descubrimiento que le debo a uno de mis primos. (Again, Gracias).
El principal éxito de la banda es su manera de componer las estrofas. Escogen letras que cuentan historias, historias de rutina, historias de unos y otros…a estas historias le suman una buena melodía, unos buenos coros, la voz de la Delafé y la guinda del pastel: la voz de las Flores Azules.
Llegados a este punto podríamos afirmar que lo básico para ser un gran grupo lo tienen. Tocan bien y su música interesa. Sin embargo, como los grandes de cualquier faceta, decidieron llegar más lejos. Y de verdad que lo han conseguido, tienen dos puntos que les diferencia de cualquier grupo que yo haya escuchado. El primero, es que en todos los CD’s siempre hay una canción en la que se despiden del oyente y el segundo y más importante siempre consiguen que sonrías. Es más, te lo piden. ¿Alguien más lo hace?
Como comentaba al principio, estuve en el concierto que dieron en la Sala Joy Eslava. Buen sitio, cerca de todo y con una configuración muy adecuada. Gran patio de butacas y 2 anfiteatros. Seríamos más o menos mil. Allí estábamos pensando que íbamos a ver un concierto normal y nos encontramos con arte a ritmo de trompetas y sampleo. Él con mucha fuerza apurando cada canción y cada minuto como si no hubiera mañana, la banda excelsa, divertida y técnicamente perfecta y ella……………me tengo que detener y darle al menos un párrafo.
Se llama Helena Miquel, canta en un grupo que se llama “Élena”. Su voz además de limpia, clara y bonita, transmite calor. Suena a sensiblero de novela de Corín Tellado, pero así lo siento. Ella da calor o por lo menos yo lo siento. Su puesta en escena es natural, con un vestido que le sienta a la perfección, pelo liso negro y el micro en la mano. Sus movimientos, son totalmente arrítmicos, graciosos y divertidos. Todo ello sumado hace que Helena sea más que la suma de las partes que la componen por separado.
El concierto fue un escándalo, me moría de rabia viendo que de todos los que éramos allí sólo conocía a cuatro. Mira que os avisé a todos. En fin… los temas perfectamente hilados, un brutal bis…mucho movimiento de manos al aire. (Sigo insistiendo que el levantamiento de manos masivo al ritmo de la música debería ser deporte olímpico). Como todos los buenos grupos guardaron su himno para el final. Buen tema de apertura, grandes canciones para no caer en ningún momento, épico momento con La Juani de Bigas Luna y una gran escenografía. Si tuviera que resumir el concierto en dos palabras, no sería muy original: Puro Arte. Os dejo un temita que grabé con el móvil (http://www.youtube.com/watch?v=bn2BHsoRDfM)
El pasado 11 de noviembre asistí junto con unos amigos al concierto de Delafé y las Flores Azules. Los que me conocen saben que es uno de mis grupos de referencia, fue un descubrimiento que le debo a uno de mis primos. (Again, Gracias).
El principal éxito de la banda es su manera de componer las estrofas. Escogen letras que cuentan historias, historias de rutina, historias de unos y otros…a estas historias le suman una buena melodía, unos buenos coros, la voz de la Delafé y la guinda del pastel: la voz de las Flores Azules.
Llegados a este punto podríamos afirmar que lo básico para ser un gran grupo lo tienen. Tocan bien y su música interesa. Sin embargo, como los grandes de cualquier faceta, decidieron llegar más lejos. Y de verdad que lo han conseguido, tienen dos puntos que les diferencia de cualquier grupo que yo haya escuchado. El primero, es que en todos los CD’s siempre hay una canción en la que se despiden del oyente y el segundo y más importante siempre consiguen que sonrías. Es más, te lo piden. ¿Alguien más lo hace?
Como comentaba al principio, estuve en el concierto que dieron en la Sala Joy Eslava. Buen sitio, cerca de todo y con una configuración muy adecuada. Gran patio de butacas y 2 anfiteatros. Seríamos más o menos mil. Allí estábamos pensando que íbamos a ver un concierto normal y nos encontramos con arte a ritmo de trompetas y sampleo. Él con mucha fuerza apurando cada canción y cada minuto como si no hubiera mañana, la banda excelsa, divertida y técnicamente perfecta y ella……………me tengo que detener y darle al menos un párrafo.
Se llama Helena Miquel, canta en un grupo que se llama “Élena”. Su voz además de limpia, clara y bonita, transmite calor. Suena a sensiblero de novela de Corín Tellado, pero así lo siento. Ella da calor o por lo menos yo lo siento. Su puesta en escena es natural, con un vestido que le sienta a la perfección, pelo liso negro y el micro en la mano. Sus movimientos, son totalmente arrítmicos, graciosos y divertidos. Todo ello sumado hace que Helena sea más que la suma de las partes que la componen por separado.
El concierto fue un escándalo, me moría de rabia viendo que de todos los que éramos allí sólo conocía a cuatro. Mira que os avisé a todos. En fin… los temas perfectamente hilados, un brutal bis…mucho movimiento de manos al aire. (Sigo insistiendo que el levantamiento de manos masivo al ritmo de la música debería ser deporte olímpico). Como todos los buenos grupos guardaron su himno para el final. Buen tema de apertura, grandes canciones para no caer en ningún momento, épico momento con La Juani de Bigas Luna y una gran escenografía. Si tuviera que resumir el concierto en dos palabras, no sería muy original: Puro Arte. Os dejo un temita que grabé con el móvil (http://www.youtube.com/watch?v=bn2BHsoRDfM)
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